Post solar

Hace aproximadamente un año nos estrenamos con nuestra primera foto solar. Era una primera prueba con el PST y la DSI IIC. El resultado fue bastante pobre, todo sea dicho, (Para variar… El sol)

La fotografía solar tiene sus inconvenientes:
– Comporta una gran dificultad para enfocar
– Si no se hace desde la montura fija, entonces tendremos un problema importante para alinear a la polar 😉
– Los flats no se pueden hacer con la técnica de la camiseta, puesto que la intensidad de luz hará que la más mínima mota de polvo se vea como una mancha negra en la imagen y los flats «tradicionales» no la reducirán en absoluto.

Pero no todo son problemas, también hay algunas ventajas.
– La más inmediata y obvia es que todo el proceso se hace durante el día 😀
– Dado que las capturas son de una duración muy corta, hay muchas más probabilidades de obtener una buena foto solar que una astronómica.
– Excepto que se quiera hacer secuencias de las protuberancias, la alineación no tiene que ser muy precisa, basta con que mantenga la imagen del sol dentro del campo del CCD.
– Nos olvidamos del guiado.

Cronología de la segunda foto solar

El 16 de marzo aprovechamos la mañana para sacar la HEQ5 al patio trasero del observatorio y montar el Coronado PST con la Canon 400D mod.
No hubo suerte con el primer intento, con la 400D no se consigue llegar al punto de foco. Lástima»

El segundo intento fue visual. Colocamos una óptica de 20mm y estuvimos probando el enfoque. Todo un espectáculo. Se veían claramente un conjunto de manchas solares y en función de la posición del «filter tuner» se distinguían algunas protuberancias.

El siguiente paso fue montar la SXV – Lodestar

Con esta cámara sí que llegamos a la distancia de foco sin problemas.
No me cansaré de repetirlo, la Lodestar es una maravilla de cámara.

El principal problema que tuvimos fue enfocar bien.
A plena luz de día, no es fácil ver nada en la pantalla del viejo Macbook.
Así que aprovechamos para utilizar el iPad con el VNC y controlar el Macbook en remoto desde la montura. Sin duda la combinación demostró ser muy práctica.
Esta misma técnica nos ayuda mucho en el observatorio con el enfoque y la captura de darks para el PHD.

Fotos, fotos, fotos

Realizamos 120 fotos para 5 pasos diferentes del «filter tuner».
Las apilamos y procesamos con Nebulosity. Para ser una primera prueba no están mal, pero está claro que en el futuro tendremos que apilar con RegiStax y procesar con PixInsight.

Como se ve en todas las fotos, hay mucho polvo en el tren óptico del PST, que más pronto que tarde habrá que limpiar.
Estas son las fotos más interesantes de las distintas posiciones del filtro.
En algunas resaltamos las protuberancias de la corona, mientras que en otras destacamos las manchas solares.

Intentamos hacer una secuencia con una serie de fotos capturadas en un intervalo de unos 40 min pero no salió bien, así que de momento hemos puesto un composite entre la mejor foto inicial y final, para que se vea la variación de las protuberancias solares.

Nos sorprendió que en un lapso de tiempo tan corto se observaran cambios en las protuberancias del tamaño de la tierra. Para hacernos una idea a escala humana, los filamentos más pequeños de las llamaradas (2 píxeles) son del tamaño de Eurasia y se desplazan a 7 km/s.

Estas primeras fotografías me han hecho pensar sobre el tamaño real del sol y lo que implica sus dimensiones.
Ya sé, ya sé, es grande, muy grande, 109 veces el diámetro de la tierra ¿y qué?

Los números por sí solos son tan enormes que me hacen perder la escala. Así que me he entretenido en hacer unos cálculos y preparar unas imágenes en las que se pueda comparar el tamaño del sol y sus distintos accidentes, con el tamaño de la tierra.

En esta fotografía se ven los detalles de las protuberancias de la corona comparados con discos azules que representan el diámetro de la tierra.

En esta otra se ve el sol y un disco rojo que representa el tamaño de la tierra en el centro.

Por último he tomado el dato del perímetro ecuatorial de ambos astros y me he entretenido en calcular lo que se tardaría en recorrer una vuelta entera a cada uno con distintos métodos de transporte.

Para que nos hagamos una idea, si el globo terráqueo se escalara al tamaño del sol, el vuelo BCN – NYC en lugar de durar aproximadamente 9 horas tardaría casi 40 días.

Si quisiéramos dar la vuelta al sol en avión y saliéramos el 1 de enero, aterrizaríamos tras una vuelta completa al ecuador, sobre mediados de agosto. Pero si en lugar de ir en avión lo hiciéramos en el AVE, tardaríamos más de un año y medio.

Así como la tierra es «caminable», el sol no lo es. Si camináramos 6 horas diarias, tardaríamos 3,7 años en dar la vuelta al ecuador terrestre. En el caso del sol, aparte del pequeño inconveniente de que nos quemaríamos seguro, independientemente del factor UV de NIVEA que nos pusiéramos 😉 necesitaríamos unas 6 vidas, o lo que es lo mismo, algo más de 400 años caminando esas 6 horas, día tras día.

Conclusiones

Así como en la astrofotografía hemos avanzado mucho desde mediados del 2007, en lo que respecta a la fotografía solar estamos literalmente en pañales.
Habrá que informarse más y mejor sobre software, técnicas de procesado específicas, desmontar y limpiar a conciencia el PST para eliminar todo el polvo que tiene y dedicarle horas al tema hasta que dé resultados equiparables a nuestros logros astronómicos.

La buena noticia es que ahora la astrofotografía se nos extiende de la noche al día. 🙂

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